martes, 12 de febrero de 2008
Nacho Lopez
Ignacio López Bocanegra nació en Tampico, Tamaulipas en 1923. Estudió secundaria y preparatoria en la Escuela Modelo. Se trasladó a la ciudad de México en 1944, en donde inició sus primeros estudios y trabajos en el ámbito del cine y la fotografía. Decidido a aprender cinematografía, solicitó su incorporación como ayudante de camarógrafo en la Unión de Trabajadores de Estudios Cinematográficos.
A partir de 1976 Nacho López inició su labor como catedrático en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana y posteriormente en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la unam. Formó parte del Consejo Mexicano de la Fotografía. En los últimos años de los setenta inició una colaboración de trabajo más estrecha con el Instituto Nacional Indigenista. Realizó la foto fija de varios cortometrajes, tal es el caso de La música y los mixes (1978). En 1977, con Óscar Menéndez y Alfonso Muñoz, participó en la creación del Archivo Etnográfico Audiovisual del INI. En ese tiempo Nacho López recorrió el país y realizó extensos registros fotográficos en diferentes zonas indígenas. Laboró para otras instituciones gubernamentales: Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (1963), Instituto Nacional de Capacitación Agraria (1974), Dirección de Educación Indígena (1980) y para el Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (1982). Algunas de las exposiciones gráficas en las que participó son: La danza en la plástica mexicana, Los Interioristas (1961), Cincuenta imágenes de jazz (1962), Caleidoscopio fotográfico (1965), Estructuras visuales hacia una identidad (1978), Obras inconclusas (1979), Homenaje al 25 aniversario de la Casa de las Américas (1984) y Espacios constantes (1984). Su obra fotográfica aparece, entre otros, en los siguientes libros: Viaje a la Tarahumara (1960), La última trinchera (1963), Los pueblos de la bruma y el sol (1981), Los trabajadores del campo y la ciudad (1982), Los chontales de Tabasco (1982), Yo, el ciudadano (1984) y Los rumbos del tiempo (1997). También publicó su obra fotográfica y textos en distintas revistas y periódicos: Así, Mañana, ¡Siempre!, Hoy, Life, Artes de México, Revista de Bellas Artes, Revista de la Universidad Veracruzana, Mira, Ojarasca, Ciencias, México Indígena y Unomásuno. Nacho López murió en 1986.
Archivos Casasola
La colección presenta una visión amplia de la sociedad, que abarca una diversidad de aspectos como la industria, el transporte, la urbanización, la criminalidad, la publicidad, el deporte, las artes, las diversiones y los retratos de los habitantes de la capital en su devenir cotidiano. Constituye una fuente casi inagotable sobre la vida en el país desde la óptica de la capital y se ha convertido en una referencia obligada de cualquier investigación.
Es el resultado del trabajo de tres generaciones de fotoreporteros, de los que fueron iniciadores Agustín Víctor y su hermano Miguel, seguidos por Gustavo, Ismael, Dolores, Piedad, Mario e Ismael hijo. Con su adquisición por el gobierno federal dio inicio la Fototeca Nacional. Cubre aproximadamente setenta años de la memoria mexicana e incluye algunos de los iconos de la gesta revolucionaria – la serie más conocida – y de los sucesos y personajes que marcaron la formación del México moderno.
Hermanos Mayo
Desde 1940, este colectivo de fotógrafos ha contribuido a redefinir el periodismo gráfico en México, pero tuvo su origen en España al borde de una de las grandes conflagraciones del siglo veinte, la Guerra Civil. Ahí, en vísperas de tanta esperanza y decepción, empezó su vínculo con “los de abajo” que dura hasta hoy en día. El apellido “Mayo” que han usado los miembros del colectivo es un “nombre de batalla” que refleja el compromiso con la clase obrera de los cinco “hermanos”
Al empezar la Guerra Civil Española, se incorporaron en diversas unidades. Julio fue el único que peleó con armas además de la cámara; fue artillero y al mismo tiempo fotógrafo del periódico Superación. Faustino trabajaba para el conocido fotoperiodista español, José María Díaz Casariego, y durante la defensa de Madrid tomó unas fotos que impresionaron mucho a Enrique Lister, Comandante de la Onceava División. Cuando Lister vio las fotos publicadas, llamó al periódico y dijo: “Quiero a ese joven reportero”. Faustino entró en las fuerzas de Lister y fue enviado a trabajar para el periódico de la Primera Brigada, Pasaremos, el cual era dirigido por el más tarde famoso filósofo marxista radicado en México, Adolfo Sánchez Vázquez. El fotógrafo sirvió en varios frentes de guerra —Madrid, la sierra de Guadarrama, Jarama, el Ebro, Belchite, Barcelona— pero siempre como fotoperiodista.
El 13 de junio de 1939, tres de los Hermanos Mayo —Paco, Faustino y Cándido— arribaron a Veracruz a bordo del barco Sinaia. Llegaron junto con otros mil seiscientos refugiados, quienes constituyeron “La Primera Expedición de Republicanos Españoles a México”, la obra de los Hermanos Mayo es una expresión más de esa antigua tradición mexicana en la cual el arte es producto de la lucha por el pan de cada día. Sin embargo, los Mayo —como los braceros— tuvieron que hacer ajustes en su nuevo país y sufrir prejuicios y discriminación. Faustino cuenta cómo le ofrecieron entrar como fotógrafo en La Prensa, pero el jefe de fotografía, Miguel Casasola, y los otros fotógrafos lo rechazaron —“¡Cómo, un refugiado aquí!” Fue asignado a hacer las tareas más repugnantes, como la de cubrir la policía pero, como cuenta Faustino, su experiencia y su amabilidad le sirvieron bien.
Era de esperarse que los Mayo retratarían con empatía las colas sin fin donde los hombres esperan. Los cascos franceses de los policías deben haber sido sólo un toque irónico para hacer a los Mayo recordar las filas, las formas para llenar y las firmas necesarias para poder salir de Francia. Habían sufrido algo similar y los Mayo tienen un ojo agudo para lo inhumano de los trámites burocráticos que los braceros tenían que realizar en el Distrito Federal para poder salir legalmente. Así, documentaron a los aspirantes inclinados sobre los papeles en los escritorios de los burócratas… como pronto iban a estar agachados en los campos de los Estados Unidos.
Dado su pasado como refugiados, su situación como trabajadores y su conciencia de ello, los Mayo han podido producir estas delgadas rebanadas de tiempo. Queda plasmada una visión poderosa y penetrante de los braceros, al retratar no sólo su opresión —su condición de “pobres diablos”— sino al expresar, además, su decisión y su capacidad de actuar en las condiciones más inhumanas. Como los braceros, los Mayo “eligieron” cambiarse de lugar, mudarse en vez de morir, ya sea físicamente o en cuanto a su capacidad de crear, como le sucedió a Alfonso Sánchez García, el importante fotoperiodista español de los años treinta a quien se le prohibió practicar periodismo y se vio reducido a sacar retratos de generales franquistas en poses triunfantes sobre la destrucción que causaron. Pero, si hay que celebrar el arte de los Mayo, habrá que recordar que las circunstancias tenían que existir para poder ser fotografiadas. Como dijo Julio Mayo, “La fotografía tiene también su parte creativa, pero dentro de la realidad”.
Marco Antonio Cruz
Marco Antonio Cruz , fotodocumentalista, editor fotográfico, ex director de la agencia
de información fotográfica Imagenlatina.
El valor de la foto de prensa se encuentra acotado en la actualidad por una serie de factores como el que los editores están supeditados a los criterios comerciales de la empresa (dueña del medio) dejando en un segundo plano el valor periodístico, esto deja al fotoreportero en un papel de mero "lustrador" y al editor como un administrador de los recursos de la empresa-.
La foto es un compromiso con la historia más que cumplir con una agenda. Sorprende que desde hace cincuenta años no exista una publicación digna del fotoperiodismo como lo fue la revista ROTOFOTO, sin embargo existe una propuesta de trabajo que nunca llega a publicarse y alcanza otros foros como los concursos y las opciones que nos ha abierto la tecnología como el internet. Los fotógrafos navegamos a contra corriente, por eso, es muy importante darle un seguimiento a estos foros para reflexionar sobre otros temas de suma importancia como son los derechos de autor y la organización del gremio-.
Yann Arthus
Nació en 1946, Yann Arthus-Bertrand siempre sintió pasión por el mundo animal y los espacios naturales.
A los treinta años, se va a vivir a Kenya con su esposa Anne, para estudiar el comportamiento de una familia de leones durante tres años. Muy pronto, empieza a utilizar la cámara para registrar sus observaciones y así descubre su vocación: el testimonio a través de la imagen.
Al volver a Francia en 1981, publica un libro, Leones, y se convierte en foto-reportero. En 1991, funda ALTITUDE, primera agencia de fotografía aérea en el mundo, y emprende varias series a largo plazo, sobre el tema de la relación entre el hombre y la naturaleza salvaje o domesticada: La Tierra Vista desde el Cielo, Bestias, Caballos, 365 Días para la Tierra…
Sus fotografías aéreas, inseparables de los textos que las acompañan, invitan a cada uno a reflexionar sobre la evolución de nuestro planeta y el porvenir de sus habitantes. Se trata de una demostración en imágenes y palabras para ayudarnos a entender que somos todos responsables, individualmente, del porvenir de nuestra Tierra. Porque cada uno tiene un papel que interpretar, cada uno tiene el poder y el deber de actuar y de movilizarse.
Es por eso que el 1ro de julio 2005 Yann Arthus-Bertrand creó la asociación GoodPlanet.org. También con el fin de limitar el efecto de sus propias actividades sobre el clima, estableció "Action Carbone". A través del financiamiento de varios proyectos de energías renovables, de eficiencia energética y de reforestación, Yann Arthus-Bertrand intenta compensar las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por sus actividades.
En 2006, estableció la operación “El Porqué del Desarrollo Sostenible” con la ayuda del Ministerio de la Educación Nacional y del Ministerio de la Ecología. Esta exposición pedagógica se compone de 22 carteles ilustrados con sus fotografías aéreas y se puso a disposición de todos los establecimientos escolares de Francia, de forma gratuita. En 2007 se repetirá la operación con el tema de la biodiversidad.
COMENTARIO
Acerca de el, me parece un fotógrafo realmente comprometido con su trabajo. Su obra es muy interesante y tener esa visión distinta de las creaciones naturales, edificios, contruscciones antuguas, etc. Es muy valioso para cualquier persona que logre contemplar sus fotos.
jueves, 7 de febrero de 2008
Hector Garcia
Desde 1955, Héctor García ha expuesto en diversas galerías, pero ahora con el desafuero a Andrés Manuel López Obrador que en este momento sacude a las conciencias, creo que la exposición que más ha de recordar es aquella en el museo que dirigía Carlos Pellicer, en Villahermosa, Tabasco, y es ahora el Museo Carlos Pellicer. Su obra fotográfica tiene otro común denominador con la de Andrés Manuel López Obrador; la preocupación social que jamás lo abandona y le da un sello inconfundible. ¿Qué es lo que llama a Héctor? La calle y los de a pie.
Héctor García fue bracero y compartió la suerte de los ''espaldas mojadas", retrató la sangre en la nieve a finales de la Segunda Guerra Mundial, trabajó en el mantenimiento de las vías del ferrocarril para los transportes de material de guerra en trenes y furgones y, muy joven, vio un accidente mortal. En una ocasión, Enrique Borrego, director de la Extra, le dijo: ''Hombre, usted es un buen fotógrafo y le voy a dar la mejor fuente, la de Sociales. Es una oportunidad que les doy a muy pocos".
De allí su espíritu crítico y esa foto extraordinaria tomada en la antigua sede de Relaciones Exteriores, en la avenida Juárez, de una mujer de entallado vestido strapless a quien el secretario don Manuel M. Tello está a punto de pisarle la cola. A esta foto tomada en 1947 le puso Héctor Nuestra señora sociedad.
La fotografía de Héctor García es una gran aportación a la historia de nuestro país. Le da un sentido social, como lo hicieron en su época Tina Modotti, Hugo Brehme, Sergei Eisenstein, Edouard Tissé, Manuel Alvarez Bravo que Héctor despidió en el cementerio con un ''Adiós maestro", los hermanos Mayo, Francisco, Faustino, Pablo y Julio, Nacho López, Armando Salas Portugal, Mariana Yampolsky y Enrique Bostelmann y muchos más que siguieron sus pasos y le dieron preminencia a la calle como lo hizo Cartier-Bresson, que se dedicó a retratar los grandes momentos de su época al igual que otro de los grandes, Robert Capa, ambos cronistas de España, China, Cuba y la Unión Soviética. Si en Cartier-Bresson es muy clara la preocupación estética, precisamente porque a la fotografía añade su vocación por la pintura, en Héctor García salta a la vista la preocupación social que se remonta a sus orígenes. Jamás olvida Héctor a La Candelaria de los Patos.
La foto es para mi una manera muy bella de mostrar el mundo como es, y que aún cuando se usa mucho para fines comerciales; tiene usos mucho más artísticos, y yo diría que más bien son poéticos.
Al mirar una foto, tienes que ver mucho más alla de lo que te esta mostrando, fijarte bien en los detalles, en las sombras, en las expresiones. En como una mirada guarda ese sentimiento de amor, de terror, de angustia, de tristeza. Porque te muestra un momento que jamás se volverá a repetir.
La fotografía es una manera de observar al mundo.
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